Cómo tener un sistema de pago seguro

Escrito por Davies en / Tiempo de lectura: 4 minutes.

¿Cuántas veces lo hemos deseado? ¿Quién no ha soñado con ser el dueño de su dinero? Aunque muchos todavía no lo crean, las personas, las sociedades y toda aquella parte del mundo que realiza sus operaciones a través de los bancos y cajas de ahorros, no tienen el control total sobre su dinero. Esto se debe, principalmente, a que las entidades financieras actúan de intermediarias entre dos partes. Piensa en cualquier operación económica que hagas a menudo. Una transferencia, por ejemplo. La realizas a través de tu banco, ¿verdad?

Claro que esto ha venido siendo así tradicionalmente, pero la tecnología ha abierto un mundo de posibilidades en todo cuanto podamos imaginar. También en los servicios financieros. Como consecuencia, surge la cadena de bloques o blockchain y, con ella, las criptomonedas.

 

Criptomonedas, un nuevo sistema de pago

El concepto de novedad en este caso es relativo. Hace casi diez años que surgió la primera moneda virtual, el Bitcoin. Desde entonces, se han desarrollado multitud de criptomonedas. Sin embargo, pese a que la mayoría de ellas han seguido los pasos del bitcoin, hablando en términos tecnológicos, es cierto que han surgido forks que añaden nuevas posibilidades.

Sea como sea, el conjunto de criptomonedas que ya se encuentran en el mercado han revolucionado el sistema financiero y su acceso en los países con mayor dificultad. Pongamos por caso algunos lugares de Latinoamérica, como Venezuela y Colombia, donde gran cantidad de personas no tienen acceso a los servicios financieros.

Las criptomonedas han establecido una luz de esperanza para esta parte de la sociedad, sobre todo por la cantidad de ventajas que aportan. Sus posibilidades para realizar pagos instantáneos a un bajo coste, en cualquier momento y lugar, lo han convertido en un nuevo sistema de pago descentralizado. Dice adiós a los bancos y a cualquier otro tipo de intermediario.

 

¿Qué función tienen las criptomonedas en nuestro mundo?

Para comprender las funciones de las criptomonedas, es esencial saber algo: lo que se intercambia no es dinero sino valor en forma de criptomonedas. Estas monedas virtuales nos permiten realizar servicios de préstamo y calificación crediticia sin intermediarios, a diferencia de la economía centralizada. La rapidez y la fluidez aumentan.

En la sociedad, es cierto que multitud de personas establecen comparaciones entre las criptomonedas y el dinero fiduciario, pero, en realidad, se trata de dos sistemas de pago muy diferentes. En el caso de las criptomonedas, las operaciones nos aportan:

  • Romper con las barreras. Es posible realizar transacciones a cualquier parte del mundo para intercambiar valor.
  • Fuera intermediarios. Se trata de operaciones peer to peer (P2P), de persona a persona sin intermediarios.
  • Mayor rapidez. Al no necesitar el paso por un banco, las operaciones se realizan de manera más rápida.
  • Descentralización. Ningún banco central, estado o institución financiera controla las criptomonedas.
  • Pseudoanónimas. Hablamos de pseudoanonimato porque, aunque no podamos saber quién realiza las transacciones, el dinero es rastreable.
  • Seguridad. La tecnología blockchain aporta la seguridad y la transparencia necesarias para operar con las criptodivisas.

Al margen de estas ventajas, también es importante que recuerdes un fenómeno: cada vez son más las tiendas físicas y online que apuestan por el pago por medio de criptomonedas. El mundo se está sumando a este movimiento, aunque los pasos del crecimiento llevan un ritmo lento.

¿Estaremos ante el sistema de pago del futuro?

 

Con la mirada puesta en el mañana

Por utópico que pueda parecer, ya hay profesionales que se atreven a establecer fecha de caducidad al dinero estatal. Lo hemos visto a través de titulares de opinión como “El fin del dinero estatal ya ha comenzado”. La realidad que se gesta en nuestros días es que lo que comenzó como un sueño hace una década, hoy ya se ha convertido en una realidad multiplicada. Y digo multiplicada porque ya no hablamos únicamente del Bitcoin, sino también del Litecoin, Ripple, EOS, etc.

Satoshi Nakamoto tuvo una idea, la visualizó en su mente y, posteriormente, le dio forma. Se llamaba Bitcoin, una idea premeditada y planificada con el fin de mejorar una situación que, en aquel momento, era presente. Todos aquellos profesionales que trabajan actualmente en criptomonedas están realizando acciones que pueden condicionar los acontecimientos del futuro.

Poner la mirada en el futuro es apuntar cada vez más alto.