El comportamiento de los bancos centrales ante las nuevas criptomonedas

Escrito por Davies en / Tiempo de lectura: 4 minutes.

¿Recuerdas cuando te hablamos de la descentralización bancaria? Era un tema que asustaba a muchos, pero que abría el camino de la esperanza a otros. Los bancos centrales se encuentran reticentes ante el uso de estas monedas virtuales, pero lo cierto es que algunos de ellos ya se han planteado emitirlas. ¿Acaso dudan de los beneficios?

Acabamos de comenzar un nuevo año y ya tenemos el primer estudio publicado por el BIS y realizado por Christian Barontini y Henri Holden. Afirman que “solo unos pocos bancos centrales prevén usar este tipo de monedas en los próximos seis años, aun cuando muchos de estos organismos parecen haber aclarado los desafíos del lanzamiento de monedas digitales del Banco Central (CBDC)."

¿Cómo han realizado esta investigación?

Tal y como indica el portal web Cripto Noticias, “a finales de 2018, el BIS llevó a cabo una encuesta entre 63 bancos centrales, 41 de ellos en mercados emergentes y 22 en economías avanzadas, que representan cerca del 80% de la población mundial. A estos organismos se les preguntó acerca de su trabajo actual sobre las CBDC, su motivación sobre el tema y las probabilidades de que emita este tipo de monedas digitales”.

El reflejo de un avance

Hace un par de años, para los bancos era impensable unirse al uso de las criptomonedas, pero parece que los años no han pasado en balde ante sus decisiones. La pregunta ya no es ¿utilizo criptomonedas o no? Ahora, el interrogante se extiende hacia ¿opto por criptomonedas estatales o supranacionales? Lo que demuestra que ya han tomado conciencia de su uso.

Son muchas las preguntas que nos hemos hecho durante los últimos años para hallar una respuesta inmediata. Responder a si los bancos centrales emitirán criptomonedas o no es algo que iremos viendo a lo largo del tiempo, pero podemos prestar atención a la opinión de estos. José Manuel González Páramo, consejero ejecutivo de BBVA, cree probable la emisión de las monedas virutales por parte de algunos bancos centrales en los años venideros. Todo esto será posible gracias al progreso de la tecnología blockchain, quien ha demostrado ser un aliado perfecto en cuestiones de seguridad.

¿Por qué los bancos centrales apostarían por las criptomonedas?

De entre todas las razones que se nos pasan por la cabeza, hemos encontrado cuatro que responden con exactitud a las causas que justifican la posible apuesta por las monedas virtuales. Sirva de ejemplo la mejora del mercado interbancario gracias al uso de la tecnología blockchain para sistemas de pago; la mejora del sistema global del efectivo físico; conseguir una mayor vigilancia o reducción del riesgo financiero sistemático; y convertir esta iniciativa en una herramienta de política monetaria.

La objetividad de capitales, o de tasación fija, pone en tela de juicio un sistema de crédito que se ha expandido muy por encima de sus capacidades. La deuda planetaria supera en un 300’00% el Producto Interior Bruto, lo que es significante de turbulencias económicas al corto y medio plazo, ya que se deben en valores algo equivalente a 3 veces el planeta tierra.

Insostenible es la palabra que mejor define la situación financiera del planeta, y los criptomercados se posicionan como una alternativa equilibrada, ajustada a las necesidades y realista.

Pienses en lo que pienses, siempre existirá un riesgo, pero el miedo es siempre el desencadenante de un freno que no te deja avanzar. Por eso, desde Davies insistimos en la necesidad de invertir, de apostar y de salir de una zona de confort que nos mantiene estancados en una tendencia depresiva de la economía, siendo la opacidad la piedra angular de este proceso histórico.

Una historia con futuro

Han pasado 10 años desde el lanzamiento del Bitcoin. A lo largo de este tiempo, los bancos centrales se han pronunciado para dar su opinión acerca del presente y del futuro, como una especie de pitonisa cuya bola envuelve un futuro prometedor.

Las criptomonedas ya no son cualquier cosa, sino el reflejo de un sistema financiero en donde el poder ya no es de los bancos, sino de las personas, físicas o jurídicas, de los dueños reales de su dinero. Hemos visto cómo el minado del Bitcoin utilizaba más energía que 160 países del mundo. Hemos observado la llegada de Ripple, la segunda criptomoneda. Y hemos sido testigos de otras miles que han ido surgiendo después. Eso sí, siempre introduciendo una pequeña mejora. Es el reflejo de una sociedad que camina despacio, pero que pisa fuerte.